CARLOS SADNESS LANZA ‘TROPICAL JESUS’, SU CUARTO ÁLBUM EN SOLITARIO

Cuando Carlos Sadness dialoga con las estrellas, cualquier cosa es posible. Por ejemplo, que le salga un disco tan místico y trascendental, y al mismo tiempo tan orgánico, como este Tropical Jesus ya disponible, que llega dos días después de entregar un nuevo tema, Todo estaba bien, en colaboración con Manuel Medrano. Porque el cuarto álbum en solitario de Sadness es una conversación con los astros, pero también el universo de un alter ego llamado “Tropical Jesus”, una colección de retratos que miran al cielo y un mosaico de escapadas con sabor a América.

 

Todo estaba bien, estrenado con éxito y ya en tendencias de YouTube en seis países, nace de la recuperación de una nota de voz medio perdida en el teléfono del cantante y compositor de Barcelona: brotaba una canción nostálgica, que iría evolucionando hasta que llegó Medrano para girar hacia un lugar inesperado. Incluye el álbum otras joyas conocidas como Isla Morenita, Disco de Oro; Ahorita, de inspiración cubana, o Aloha, con Bomba Estéreo, publicada en noviembre. La mirada latinoamericana de Sadness en estado puro.

 

Fue precisamente al otro lado del charco donde nació ese personaje llamado Jesus que inspira el título del álbum. “Una especie de Jesús tropical”, le describían en las radios latinoamericanas cuando Sadness se presentaba ataviado de Sadness. “Así que un día quise inventar un personaje que se llamase como la gente me llamaba esos días sin saber nada de mí”, evoca. Se rebautizó para el disco, con el objetivo de reivindicar el universo de sus canciones desde la óptica de quienes las descubren por primera vez.

 

Frente al continuismo de sus anteriores trabajos, este Tropical Jesus lo produjo el propio Sadness a fuego lento. Con menos guitarras y más beats, pero con un resultado sorprendentemente orgánico; algo más alejado del rock festivalero, para jugar con el r’n’b, el surf, el vintage tropical y algunos sonidos urbanos.

 

Es un disco viajado, con canciones creadas en Colombia, Cuba, México y Estados Unidos, además de las que compuso en España, y todo ello mientras escuchaba básicamente bossa nova. Es, en definitiva, un sonido internacional, potenciado mediante colaboraciones con Bomba Estéreo, Dr. Witchdoctor de Crystal Fighters, o el también colombiano Manuel Medrano.

 

Temas como Muerte súbita de un caimán, escrita abrasado de calor en un hotel andaluz, e Isla Morenita —las dos primeras que compuso— suenan “a festivales de verano”, reflexiona. Y suenan piezas como El simpático, fruto de la vecindad en Barcelona con Crystal Fighters; El Gringo, otra gota autobiográfica; Clorofila, que acabaría siendo su favorita, o Me desamaste, que surgió en su cabeza a pocos días de entrar en el estudio. Así es el cancionero de Tropical Jesus: aventurero, místico y autobiográfico, una nueva etapa en el viaje no menos apasionante de un artista singular.