El compositor malagueño Sarria desvela hoy su nuevo sencillo, Mi amor no se vende (se regala), que supone el segundo adelanto del nuevo larga duración, El Mundo Es Cruel (pero creo en él) que se pondrá a la venta el 15 de marzo a través del sello Esmerarte.
Además viene acompañado de un vídeo oficial realizado de nuevo por el director Jorge Parejo, que se grabó en enero en París con motivo del título del propio single:
Nacho Sarria ha dicho lo siguiente sobre el nuevo tema y vídeo:
“Esta canción surge casi como una broma conmigo mismo porque me pilla en un periodo de composición, en un momento de bloqueo en el que todo lo que estoy escribiendo no me convence, no tiene la garra suficiente, no tiene el pop que estaba buscando y con lo perfeccionista que soy….El estribillo es casi una apología a la imperfección y me sirvió para rebajar un poco el momento en el que estaba. Musicalmente yo estaba pensando en McCartney de cuando le da el rollo un poco jamaicano y un poco reggae a sus canciones durante los 70 y por supuesto, en Lou Reed por esas voces que hay en ese estribillo. El final de la canción fue un momento totalmente orgánico y real que sucedió durante la grabación en un momento en el que nos metimos a hacer el canelo en la sala, Paco lo grabó y se nos ocurrió dejarlo como un falso final.
En cuanto al vídeo, la verdad es que teníamos claro cómo iban a ser todos los vídeos del disco menos este, y se me ocurrió la idea de irnos a París por el propio título de la canción. Grabarlo en la ciudad del amor y hacerlo como si fuese un diario de viaje junto con el director, Jorge.”
Nacho Sarria ha dicho lo siguiente sobre el nuevo tema y vídeo:
“Esta canción surge casi como una broma conmigo mismo porque me pilla en un periodo de composición, en un momento de bloqueo en el que todo lo que estoy escribiendo no me convence, no tiene la garra suficiente, no tiene el pop que estaba buscando y con lo perfeccionista que soy….El estribillo es casi una apología a la imperfección y me sirvió para rebajar un poco el momento en el que estaba. Musicalmente yo estaba pensando en McCartney de cuando le da el rollo un poco jamaicano y un poco reggae a sus canciones durante los 70 y por supuesto, en Lou Reed por esas voces que hay en ese estribillo. El final de la canción fue un momento totalmente orgánico y real que sucedió durante la grabación en un momento en el que nos metimos a hacer el canelo en la sala, Paco lo grabó y se nos ocurrió dejarlo como un falso final.
En cuanto al vídeo, la verdad es que teníamos claro cómo iban a ser todos los vídeos del disco menos este, y se me ocurrió la idea de irnos a París por el propio título de la canción. Grabarlo en la ciudad del amor y hacerlo como si fuese un diario de viaje junto con el director, Jorge.”